Tanto el hombre como el resto de los seres vivos no puede existir sin el agua, el agua es vida.
Tres cuartas partes de la superficie del planeta están cubiertas por agua, pero la inmensa mayoría de esta agua es salada.
Además se encuentra desigualmente distribuida, concentrándose más del 90 por ciento de la misma en los casquetes polares, glaciales y masas de hielo.
Se calcula que en la Tierra hay unos 1.400 millones de Km. cúbicos de agua.
El agua dulce es el agua que contiene cantidades mínimas de sales disueltas, especialmente cloruro sódico o sal común.
El agua dulce que todos los seres humanos necesitamos para crecer y desarrollarnos representa sólo el 3 por ciento del agua de todo el planeta, es decir 42 millones de Km. cúbicos.
El agua dulce tiene múltiples usos, aparte de ser la bebida esencial del ser humano, se usa también para los regadíos, la higiene, la limpieza, etc.
El ser humano puede purificar el agua, para poder beberla sin peligro mediante un proceso llamado de potabilización. El agua así obtenida se denomina agua potable.
El agua pues no es solo un elemento esencial para la vida, también es un factor económico principal.
Sin ella el desarrollo se complica, se ralentiza y puede llegar a ser imposible.
El control del agua va a ser en el siglo XXI la causa de guerra fundamental, más importante que el control del petróleo y el gas.
Sin petróleo y sin gas se puede sobrevivir, sin agua no.
El mejor ejemplo de lo dicho es el conflicto palestino-israelí.
Israel junto a los territorios conquistados en la guerra de los seis días, Gaza, Cisjordania y los altos del Golán disponen de unos 1.700 hm3 anuales de aguas renovables.
La distribución de las precipitaciones en el país es bastante desigual, variando de los 1.000 mm3 en el norte del país, a los 31 mm3 en el sur.
La temporada de lluvias dura tan sólo cuatro meses, de noviembre a febrero.
El 37% del agua disponible, proviene del río Jordán y del lago Tiberiades, mientras que el resto procede de los acuíferos, destacando principalmente el acuífero de la Montaña, que se sitúa bajo la Sierra Central, atraviesa la región de norte a sur y el acuífero Costero.
La Sierra Central constituye la principal área de reaprovisionamiento natural de agua de la región.
La Ley de Aguas por la que se rige Israel procede de 1959. Establece que todos los recursos hídricos son propiedad pública y están destinados a las necesidades de sus habitantes y al desarrollo del país.
Toda persona tiene derecho a recibir y usar los recursos que están bajo control y supervisión del Comisionado del Agua.
Israel explota al máximo sus recursos hídricos, con un 67% de sus aguas provenientes de fuera de las fronteras de 1948, básicamente de Cisjordania y los Altos del Golán, de ahí las dificultades que siempre presentan estos territorios en las negociaciones para su devolución a los palestinos y sirios.
Actualmente, Israel y los territorios palestinos consumen unos 2.000 hm3 anuales, cuando sólo disponen de 1.700 Hm. cúbicos, generando un déficit hídrico anual de 300 Hm. cúbicos que se cubre fundamentalmente con la sobreexplotación de los acuíferos de la zona y del río Jordán.
En el año 2010, Israel tendrá un déficit de 360 Hm. cúbicos, Jordania rondará los 200 Hm. cúbicos y Cisjordania unos 160 Hm. cúbicos.
Israel desarrolla una intensa actividad agrícola, siendo una de las más avanzadas del mundo.
El 75% del volumen hídrico total que consume el país es para esta actividad, mientras que el 25% restante se distribuye en el abastecimiento de las ciudades y el consumo industrial.
Se ha construido una compleja red de canalizaciones y conducciones por todo su territorio, con una longitud de 6.500 Km. y que en un solo día distribuye la misma cantidad de agua que se distribuía a lo largo de todo el año 1948.
El agua es una cuestión de seguridad nacional para Israel.
Sus dirigentes políticos y militares tienen muy presentes los recursos hídricos de la zona.
La Autoridad Palestina ha denunciado, que los israelíes desvían entre el 80-90 % de los recursos hídricos de los territorios palestino ocupados, para su propio uso o para los asentamientos judíos existentes en su territorio.
La asignación de agua a los habitantes de Gaza y Cisjordania es de 40 litros al día, los miles de colonos judíos llegados a la zona se les asigna entre 450/500 litros diarios.
El precio que se establece para el agua, es diferente dependiendo de que se trate de colonos israelíes o palestinos.
A los palestinos se les obliga a pagar más que a los israelíes.
El muro de la vergüenza que están levantando los judíos, tiene muy en cuenta la situación de los acuíferos de Cisjordania para así asegurarse el agua.
El trazado de muro confisca recursos hídricos palestinos.
El 70% del área de recarga del acuífero del Oeste quedará aislada entre el muro y la línea verde y caerá bajo control israelí.
La actual división de agua entre Israel y Palestina viola los derechos de los palestinos y contraviene las leyes internacionales del agua.
¿Cuánto tiempo puede durar esta situación?
¿De dónde va a salir el agua que se necesita?
Se estudian varias soluciones.
El gobierno israelí está potenciando fuertemente los procesos de desalinización.
Prepara la importación de agua dulce.
Estudia un gran trasvase de agua salada hacia el mar Muerto.
Mientras que no se solucione el problema del agua este conflicto seguirá ensangrentando el Próximo Oriente.
En el futuro el agua y la sangre estarán mezcladas a lo largo y a lo ancho de nuestro mundo.
Agua y sangre serán una misma cosa.