En el mundo muchos niños desconocen lo que es la niñez, desde el instante en que son capaces de andar se les empieza a emplear en una forma u otra de trabajo, en muchos casos de su capacidad de trabajo depende su propia supervivencia ya que hay numerosos lugares de la tierra en los que quien no trabaja no come.
Lo que quisiera dejar bien claro en este artículo es que el trabajo infantil siempre es negativo. Es negativo para todos.
Es negativo para los niños, para sus familias, para la sociedad en que viven, para las empresas que los explotan, para los países que consumen los productos por ellos producidos y para toda la humanidad en su conjunto.
El trabajo infantil siempre es negativo.
El trabajo infantil no es un fenómeno nuevo.
En las culturas agrícolas han sido parte integrante del ciclo productivo desde siempre.
Al principio de la industrialización fue algo común.
Pero en los países del mundo desarrollado casi había desaparecido.
¿Por qué se está incrementado el trabajo infantil en la actualidad?
Por el hecho de que las empresas transnacionales están deslocalizando su producción hacia los estados donde la mano de obra es más barata y las cargas sociales menores.
Nos encontramos con muchos estados donde apenas existe legislación sobre el tema y en otros donde existiendo no se aplica.
Las empresas transnacionales pueden haber diseñado el producto en Europa, comprar las materias primas en un país africano, fabricarlo en una cadena de montaje en el Sureste Asiático, realizar su distribución desde EEUU y venderlo en cualquier país del primer mundo.
La economía mundial tiende cada día más a la globalización y esto origina que cada vez se recurra más al trabajo infantil, que en muchos casos apenas se diferencian de la esclavitud.
Los niños necesitan estar a cubierto de esta explotación para alcanzar su pleno desarrollo físico e intelectual.
Indudablemente no hay que probar que a los niños no les conviene el trabajo infantil eso es algo obvio. Para un niño el trabajo infantil siempre es negativo.
Tampoco les conviene a sus familias que ven limitados los ingresos futuros de sus miembros más jóvenes y que además compiten con los miembros adultos de dicha familia por el trabajo, reduciendo así los salarios de sus mayores.
La sociedades que permiten la explotación laboral de sus niños se están castrando a si mismas, se colocan voluntariamente en una situación de dependencia, entran en el circulo de la pobreza del cual es muy difícil salir. Nada les conviene menos. Nada es más negativo.
Se me dirá que a las empresas que permiten esta explotación inhumana salen beneficiadas, pues tampoco ya que la mayor riqueza de una empresa es su mano de obra, cuando más productiva sea esta, mayores serán sus ingresos, beneficios y dividendos.
No conviene a los países que consumen los productos fabricados por los niños esclavos ya que eso supone que pierden una gran cantidad de puestos de trabajo propios, que el paro se extiende en ella, disminuyendo la capacidad de consumo y la riqueza nacional.
En su conjunto toda la humanidad sufre con el trabajo infantil, con esta explotación de su parte más débil e indefensa.
¿Entonces por qué se da el trabajo infantil?
¿Cual es la razón de esta explotación incalificable?
¿Cual es la razón de este delito contra la humanidad?
Sin duda la ambición desmesurada de unos desalmados.
Esta explotación origina grandes beneficios a los accionistas de muchas empresas trasnacionales, los ingresos de sus ejecutivos vienen determinados por esos beneficios, por lo tanto ni ven, ni oyen, ni hablan y ni siquiera sienten.
Cuando se descubre un caso especialmente sangrante en los medios de comunicación se hacen los escandalizados y culpan a los subcontratistas de los países de origen.
Cada año mueren muchísimos miles de niños por accidentes y enfermedades laborales, otros muchos quedan incapacitados para el resto de su vida.
Pero los nuevos esclavistas del siglo XXI lo tienen muy claro, quien no trabaja no come y ya se sabe que quien no come muere.
Nada les importa, ellos son los beneficiarios del SISTEMA, ellos son miembros destacados de la clase parasitaria, a ellos todo les está permitido.
Son los nuevos señores feudales, tienen derecho de pernada, tiene derecho a decidir sobre la vida y la muerte de sus siervos.
Ellos son el poder, las leyes no les afectan, en verdad ellos son la ley, la ley del más fuerte.
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