Han pasado más de 51 años de la revolución cubana, una revolución que fue recibida por los cubanos y por el extranjero con gran esperanza.
Posiblemente en aquellos tiempos sabíamos poco de los Castros, es cierto que la revolución se hizo con sangre pero después de pocos años tras la II Guerra Mundial la sangre tenia poco valor.
La propaganda castrista fue capaz de establecer en la mente de la izquierda mundial una imagen que se ha mantenido hasta hoy, más que por sus meritos por el fracaso de las políticas de imagen de los EEUU, su enemigo de siempre.
La vieja consigna de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, ha permitido que los Castros se hayan beneficiado de múltiples alianzas que han sostenido su dictadura y ha hecho que sobrevivan tanto tiempo.
Hoy por mucho que el castrismo lo intente no puede mantener que unos cuantos cubanos, que no quieren abandonar Cuba están dispuestos a morir de hambre a sueldo de la CIA.
Eso no se sostiene, estoy seguro que la gran cobertura mediática que tienen estos hechos si está apoyadas por la derecha mundial, seguro que los EEUU están ayudando a ella todo lo que pueden, pero eso no implica que sean mercenarios a sueldo.
Todo aquel que lucha por un sueldo lo hace por existir un margen de esperanza, esperan poder gozar tras la lucha del dinero ganado. En este caso no es así, conociendo como conocen a los Castros los huelguistas del hambre saben que morirán sin que al régimen cubano le importe demasiado.
Saben que van a morir, saben que su acción no será suficiente para mover al régimen, saben que los Castros seguirán mandando en Cuba.
Pero están dispuestos a morir, van a morir porque también saben que su muerte destroza la imagen del régimen castrista.
Saben que su acción es un enfrentamiento revolucionario contra un régimen reaccionario, son en verdad los verdaderos descendientes de los barbudos que bajaron de la sierra.
Los Castros son hoy los Batistas del siglo XXI.
Orlando Zapata, Guillermo Fariñas, Franklin Pelegrino y Darsí Ferrer son hoy los verdaderos revolucionarios y como tales están conquistando poco a poco a la izquierda mundial.
Son unos revolucionarios que hacen la revolución sin armas, sin derramar sangre, al estilo de Gandi, o porque no decirlo al estilo de Jesús el Nazareno.
La izquierda y los cristianos se encuentran ante un ejemplo de acción política que no les deja indiferentes.
Los mártires irlandeses vencieron al Reino Unido con su muerte, los mártires cubanos vencerán al régimen castrista con la suya, vencerán allí donde no ha vencido la inmigración de Miami, las armas y el dinero del Imperio.
Vencerán con el ejemplo. Vencerán porque no se han rendido.
Vencerán porque primero han sido capaces de vencerse a si mismos, han vencido a la ambición de poder, han vencido al ansia de matar al enemigo.
Ellos no están dispuestos a mantener a cientos de opositores presos.
Ellos solo ofrecen su vida por la libertad de Cuba.
Ellos son los revolucionarios de hoy.
Ellos son un ejemplo para el mundo.
Un ejemplo que fructificará.
Un ejemplo que traerá la libertad a Cuba.
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