Hoy hace cuarenta años aproximadamente, cinco amigos nos reunimos un sábado en un piso de estudiantes para hablar de política, algo que se hacia entonces más de lo que hoy se hace aunque estaba prohibido, o tal vez por eso, por estar prohibido era una tentación y un placer.
Recuerdo como preparamos unas cartas de póquer para justificar la reunión si la policía político-social asaltaba el piso, a estos los importábamos un pito, pero nosotros nos creíamos el ombligo del mundo.
Como estuvimos hablando hasta mucho después de amanecido, como desde distintos puntos de vista arreglamos España para el instante mismo en que lográramos expulsar al dictador del poder.
Me gustaría poder decir que de aquella reunión nació una poderosa organización que acabó con la oprobiosa dictadura de Franco. Pero eso seria faltar a la verdad y a la historia.
Lo cierto es que Franco se murió en la cama, rodeado por sus afligidos deudos, muy afligidos por su muerte, seguro, pero también porque veían próxima la pérdida de un poder que habían usufructuado y que tan pingues beneficios les habían reportado. Beneficios que ya habían sacado de España y que luego del 20-N siguieron haciéndolo, o al menos lo intentaron.
La realidad es que todos aquellos que corrimos mas o menos riesgos para traen la libertad a España pudimos mucho menos que el simple transcurrir del tiempo.
Pero entonces éramos jóvenes, que jóvenes éramos, y nuestro ímpetu juvenil nos obligaba a hacer algo. Aunque solo fuese bebernos unos vasos de mal vino mientras que muy seriamente discutíamos como seria el futuro de nuestra tierra. No dimos ni una.
No tengo que decir que la III Republica que nosotros veíamos tan cerca sigue aun en el futuro histórico, aunque es verdad que la democracia si llego, no fue la panacea de todos los males como se nos había vendido, pero de todas formas más vale algo que nada.
En realidad no preveíamos la multitud de cambios sociales y políticos que se que se aproximaban a España y al mundo.
Ya había pasado el actualmente tan famoso año 68 y a inmensa mayoría de los que hoy se proclaman sus artífices y protagonistas, ni se enteraron.
En aquella pequeña reunión todos éramos de izquierdas, los de derechas estaban de juerga y seguro que se lo pasaban mejor que nosotros. Eso no ha variado mucho hoy día, el que puede, puede y él que no, se jo.., como siempre.
O sino que se lo pregunten a los jubilados con pensión miserable que tal están y puede que muchos les digan aquello de que con Franco vivíamos mejor, en realidad es que eran cuarenta años más jóvenes y ser joven es una fiesta en si mismo.
Hoy he visto a uno de aquellos amigos con que compartí unas horas de esperanza hace cuarenta años, hacia tiempo que no lo veía, la vida separa a personas que creían que estarían juntas siempre, hemos hablado del pasado y de los amigos comunes.
De aquel grupito de rebeldes, no puedo llamarles revolucionarios, ya que la revolución no vino a España, por deseo inmensamente mayoritario de los españoles que prefirieron el fútbol y los toros, a la huelga y la manifestación.
Esa es la realidad histórica aunque algunos intenten vendernos biografías donde son protagonistas de mil aventuras, lo mas que les paso en realidad es que fueron tontos y se fiaron de algún agente provocador o de un confidente de la policía franquista y los cazaron en una de las periódicas redadas que la policía política de Franco hacia para justificar el sueldo.
Hubo entonces, como hoy, gente que se jugo la vida por la libertad y la perdió, pero esos fueron pocos, muy pocos y por eso hoy tenemos lo que tenemos. Es nuestra culpa el que no tengamos una verdadera democracia y una LIBERTAD con mayúsculas, pero hoy como ayer, la inmensa mayoría de los españoles prefieren el pan y circo, aunque en realidad en la versión hispana del bocata y el fútbol.
Es lo que hay. Una pena. Pero esa es la realidad y hay que vivir en ella aunque no nos guste.
Como decía, hablando con mi viejo compañero de batallitas políticas del pasado me he enterado que uno de los cinco ha muerto. Lo hizo fuera de nuestra Valencia, a la que tanto amaba a pesar de no haber nacido en ella, tuvo la suerte de acostarse y no volverse a levantar.
No pude estar en su funeral ni me estere, y no es cuestión de citar su nombre, fue uno más de los que SI hicieron algo para que las personas que leen estas líneas vivan en libertad, por él, por todos aquellos que una noche brindaron con un vino peleón por la libertad, escribo estas líneas.
EN SU MEMORIA.
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