Este mediodía estaba leyendo y tomando el sol, sentado en un parque cercano a mi domicilio, cuando en el banco de al lado se han sentado un grupo de chicos y chicas de unos 15 años.
Tres chicas se han sentado en la parte alta del respaldo del banco, poniendo sus pies en el asiento del mismo.
Cinco chicos se han sentado en el suelo de cara a las chicas y formando medio circulo.
Esta forma de sentarse ya la había visto antes, así que no era algo nuevo para mí.
Pero esta vez la cercanía ha hecho que escuchara su conversación.
Los temas han sido los de siempre entre los jóvenes, unos temas que son tan viejos como el ser humano, olvidémoslos, para este artículo no tienen importancia.
Lo importante, al menos para mi, han sido sus palabras, en realidad he descubierto un dialecto nuevo del español.
Yo en mi vida he escuchado muchos dialectos del español, pero este por su dificultad de comprensión se lleva la palma.
Considero que un idioma o lengua es un sistema de comunicación verbal o gestual propio de una comunidad humana.
En la práctica, los idiomas son un conjunto de sistemas muy similares entre sí, llamados dialectos que son variedades lingüísticas, mutuamente inteligibles.
El nuevo dialecto que podríamos llamar español-joven para entendernos tenia tal cantidad de modismos, anglicanismos y giros idiomáticos para mi desconocidos, que posiblemente está más lejos del español estándar que el valenciano o el gallego, y a estos se les considera lenguas distintas del español.
Supongo que dos generaciones de distancia y un mundo tecnológico distinto, hacen que mi apreciación esté algo sesgada.
Posiblemente la Real Academia de la Lengua ya haya aceptado muchas de las palabras que usaban y otras estén en fase de estudio.
Es muy posible.
Pero lo cierto es que si yo no hubiera estado fuera de la conversación, si hubiera sido parte de la misma, ellos tal vez me hubieran entendido a mí, pero de seguir ellos con su dialecto, yo no les hubiera entendido a ellos lo suficiente para seguir el hilo de la misma.
Cuando dos generaciones hablan dos dialectos distintos de una misma lengua tienen difícil el entenderse.
Tal vez por eso exista el conflicto generacional, tal vez por eso muchas veces padres e hijos no se entienden, tal vez por eso los nietos consideran que lo que cuentan los abuelos son batallitas de viejo.
Tal vez el conflicto generacional se base en que cada generación habla un dialecto distinto de una misma lengua y muchos no se hayan dado cuenta.
Tal vez los jóvenes, cuando dicen a los mayores que no los entendemos, tengan razón.
Tal vez sea cuestión de proceder, los más mayores, a recibir cursos de reciclaje del idioma, tal vez así se terminará el conflicto generacional.
Quien sabe, tal vez sea algo tan sencillo como eso.
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