Las agencias de calificación de riesgos y los medios de comunicación son desde hace mucho tiempo órganos de propaganda del SISTEMA.
Cualquiera que se tome la molestia de analizar la situación económica de hoy se dará cuenta que la crisis económica actual es culpa en su mayor parte de los financieros que han desarrollado todo un conjunto de productos que no hay quien entienda.
Mucha gente que los vende, no sabe de ellos más que la comisión que les deja.
Eso sí una comisión muy jugosa.
Cuando vas a un banco te encuentras que se ha convertido en una tienda donde te venden de todo.
Y todo lo que te venden les deja a ellos un beneficio, lo que ya no está tan claro es que te lo produzca a ti, lo que ya no está tan claro es que no te estén vendiendo puro aire, bueno suponiendo que el aire del banco no esté tan contaminado como el de todas partes.
Ahora bien como es posible esto, pues muy fácil esto pasa porque las agencias de calificación de riesgos y los medios de comunicaciones se limitan a ser órganos de propaganda del SISTEMA.
Se supone que las agencias de calificación de riesgos deberían informar al publico de los problemas que una determinada inversión les puede provocar, pero se han preguntado estimados lectores de que viven estas agencias, indudablemente no de lo que yo les pago, no de lo que pagan ustedes pequeños ahorradores, viven de lo que les pagan ellos, los miembros de la clase parasitaria, beneficiaria del SISTEMA y por tanto a ellos sirven, así no es de extrañar que hasta el día antes del hundimiento de un fondo o de banco nos estén diciendo que es maravilloso.
Además los medios de comunicación resultan que son propiedad de los mismos que poseen los bancos, de una forma directa u oculta pero es así.
No investigan lo que no conviene a sus amos, y si algún periodista despistado lo hace, no se publica, ya se sabe que quién paga manda.
Entonces no es de extrañar que una vez y otra el pequeño ahorrador, el pequeño inversor, el pequeño accionista, caiga en esos sacadineros.
No posee información fidedigna, no tiene los conocimientos necesarios para distinguir lo bueno de lo malo, se fía del comisionista que tiene delante, se deja engañar, pero en verdad mucha parte de la culpa es suya, quiere ganar mucho dinero en poco tiempo, es excesivamente ambicioso y paga esa avaricia perdiendo su capital.
Está claro que en la educación actual no se enseña suficiente economía, no se dice a los niños aquello de que nadie vende duros a cuatro pesetas, supongo por que ya no existen ni los duros ni las pesetas.
Debería enseñarse en la educación obligatoria que las tarjetas de crédito cobran un interés enorme por los descubiertos, que no se deben tomar hipotecas con suelo, que hay que mirar muy bien la letra pequeña de los seguros, incluso que quien contrae deudas vivirá miserablemente.
Pero eso no es excusa para la ignorancia, los padres tendrían que enseñar con el ejemplo y tampoco lo hacen.
Los medios de comunicación actúan al servicio del SISTEMA propagando la bondad de la sociedad de consumo, cada vez mayor derroche, más productos innecesarios, más desechos, más mentiras.
Lo peor es que muchos de los que se dedican a difundir esas mentiras ni siquiera son conscientes de lo que hacen, piensan que actúan bien, tal es su nivel de alienación.
Los grandes estrategas del SISTEMA han dividido las actividades económicas en multitud de pequeños trabajos, cada uno de ellos parece ser inofensivo, pero el conjunto resultante es letal, muchas pueblos, muchas culturas están desapareciendo.
Mucha gente esta muriendo y nadie pone remedio.
Hoy día el dinero no es más que un apunte contable en un banco.
El dinero puede ir de una parte del mundo a la opuesta con un simple clic del ratón de un ordenador.
Lo que ya nadie parece tomar en cuenta es que ese clic puede hacer desaparecer una fabrica en Pensilvania, un pozo de agua en el Sahel o una plantación de café en Brasil.
Nadie sabe ni le importa el hambre que eso genera, nadie sabe ni le importa los muertos que genera el hambre producida.
Las agencias de calificación de riesgos y los medios de comunicación en vez de servir al pueblo sirven al poder, se someten a sus dictados y se han convertido en meros órganos de propaganda del SISTEMA.
Las agencias de calificación de riesgos y los medios de comunicación son pues parte del SISTEMA, son cómplices por su silencio del hambre que generan, son sin duda culpables de todas esas muertes.
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