La maquina de la verdad o detector de mentiras es un polígrafo utilizado para el registro de respuestas fisiológicas como la presión arterial, el ritmo cardiaco, la frecuencia respiratoria y la conductancia de la piel, que se generan ante una serie de preguntas que se le realizan al sujeto sometido a la prueba.
Fue inventado en 1938 por Leonard Keeler, del Departamento de Policía de Berkeley (California), quien creó el primer polígrafo de tres canales que imprimía sus resultados en papel.
Esté polígrafo se denominó detector de mentiras, sin validación científica alguna.
El polígrafo tiene su uso más amplio en los organismos de inteligencia y de policía, sobre todo en los EEUU, donde se utiliza para determinar si una persona miente o no. En este caso se sustenta en la hipótesis de que las respuestas fisiológicas de una persona cambian de forma medible cuando miente.
También se usa la asignación de algunos puestos de trabajo por parte de empresas privadas y algunos organismos de seguridad.
En Estados Unidos se ha usado como prueba de descargo a favor del sospechoso.
Cabe recalcar que el polígrafo no es un instrumento que detecte mentiras por si mismo, ya que no está diseñado para eso, solamente detecta las respuestas fisiológicas del organismo ante las preguntas efectuadas.
El polígrafo como tantas otras cosas se ha quedado anticuado.
En la actualidad está desacreditado y es poco más que un juguete que usan los programas sensacionalistas de la TV, nada serio.
La nueva máquina de la verdad consiste básicamente en un escáner cerebral.
La detección de mentiras con escáneres cerebrales se abre paso en EEUU y no dudamos que pronto dará el salto a Europa.
La técnica fMRI ya se ha presentado como prueba en varios juicios en EEUU.
El fMRI mide la actividad cerebral en función del flujo sanguíneo U.W.O.
Los neurocientíficos tienen bastante claro que la imagen cerebral no está preparada para usarse con confianza ante un tribunal.
A pesar de las incertidumbres, estos detectores de mentiras ya están en el mercado estadounidense.
No obstante esta es una técnica mucho más fiable que el polígrafo, porque es imposible que un individuo manipule su actividad cerebral aunque se entrene.
El impacto de las nuevas aplicaciones de la imagen cerebral es tan importante que requieren un debate público, además de una más amplia investigación que apoye una serie de nuevos usos, como por ejemplo en la contratación laboral.
Nadie puede impedir que aquel trabajador que no se someta voluntariamente al escáner cerebral, no sea contratado por una empresa.
Primero por su alto coste sólo se empleará con los ejecutivos.
Pero cuando ese coste baje, podrá usarse para todos los puestos de trabajo.
Además, ¿qué impide que los debates políticos ante la TV se hagan mientras están siendo sometidos los candidatos a un escáner cerebral?
Nada.
Es previsible un futuro, en que el escáner cerebral sea poco mayor que un teléfono móvil, y que no necesite ningún tipo de cable para funcionar.
Se imaginan un mundo donde ni siquiera la más pequeña mentira pasara desapercibida.
¿Qué seria de los negocios y de la política?
¿Qué seria del matrimonio y de la amistad?
Pues la verdad este mundo ya existe, aunque sólo esté al alcance de unos pocos muy ricos y poderosos.
Y dado que muy poca gente sabe de qué va la cosa, pues ni siquiera está legalmente regulado.
El SISTEMA se adelanta de nuevo al pueblo y le saca ventaja.
La casta parasitaria ya tiene una nueva arma para usar contra los ciudadanos, aunque lo nieguen una y mil veces.
¿Ha existido nunca un arma que a la corta o a la larga no haya sido usada?
Ninguna, todas acaban siendo usadas, para eso se inventan y se fabrican.
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